
12 Abr
Peña Profética QUEBRANTAMIENTO. Los procesos en nuestras vidas es una experiencia que nos lleva a conocerlo más a Él, no le impidamos llegar, QUEBRANTAMIENTO. Por consecuencias o como parte de la formación o estructuración, pero al final todo obra para bien porque nos hace asentar cabeza, QUEBRANTAMIENTO. El orgullo, la altivez y la independencia son el detonante mayor para dicha experiencia, como quiera eso va, QUEBRANTAMIENTO. Humillarse y reconocer hace del proceso una experiencia menos dramática y aterradora, estemos tranquilo, no moriremos, QUEBRANTAMIENTO.
Lamentaciones 2:13-22
“¿Qué testigo te traeré, o a quién te haré semejante, hija de Jerusalén? ¿A quién te compararé para consolarte, oh virgen hija de Sion? Porque grande como el mar es tu quebrantamiento; ¿quién te sanará? Tus profetas vieron para ti vanidad y locura; Y no descubrieron tu pecado para impedir tu cautiverio, Sino que te predicaron vanas profecías y extravíos. Todos los que pasaban por el camino batieron las manos sobre ti; Silbaron, y movieron despectivamente sus cabezas sobre la hija de Jerusalén, diciendo: ¿Es ésta la ciudad que decían de perfecta hermosura, el gozo de toda la tierra? Todos tus enemigos abrieron contra ti su boca; Se burlaron, y crujieron los dientes; dijeron: Devorémosla; Ciertamente éste es el día que esperábamos; lo hemos hallado, lo hemos visto. Jehová ha hecho lo que tenía determinado; Ha cumplido su palabra, la cual él había mandado desde tiempo antiguo. Destruyó, y no perdonó; Y ha hecho que el enemigo se alegre sobre ti, Y enalteció el poder de tus adversarios. El corazón de ellos clamaba al Señor; Oh hija de Sion, echa lágrimas cual arroyo día y noche; No descanses, ni cesen las niñas de tus ojos. Levántate, da voces en la noche, al comenzar las vigilias; Derrama como agua tu corazón ante la presencia del Señor; Alza tus manos a él implorando la vida de tus pequeñitos, Que desfallecen de hambre en las entradas de todas las calles. Mira, oh Jehová, y considera a quién has hecho así. ¿Han de comer las mujeres el fruto de sus entrañas, los pequeñitos a su tierno cuidado? ¿Han de ser muertos en el santuario del Señor el sacerdote y el profeta? Niños y viejos yacían por tierra en las calles; Mis vírgenes y mis jóvenes cayeron a espada; Mataste en el día de tu furor; degollaste, no perdonaste. Has convocado de todas partes mis temores, como en un día de solemnidad; Y en el día del furor de Jehová no hubo quien escapase ni quedase vivo; Los que crié y mantuve, mi enemigo los acabó.”
Ps. Jorge Batista