07 Feb
Peña Profética ASUMAMOS LAS DEMANDAS. Toda circunstancia adversa son procesos lentos y dolorosos que conllevan tiempo y paciencia, estas no son una desgracia, así que, dejemos las quejas. DEMANDAS. En cada etapa hay una lucha interna entre lo que Dios Padre dice y lo que quiere nuestra voluntad, flaqueamos porque luchamos con nuestras propias fuerzas. DEMANDAS. En medio de las adversidades debemos escuchar la voz del Espíritu, el cual nos da la dirección y el norte a seguir. DEMANDAS. Es vital que atendamos las pautas que nos dan y apliquemos los Principios para que tengamos resultados diferentes. DEMANDAS.
Romanos 8:18-28
“Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; y no solo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo? Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos. Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.”
Ps. Damaris Tavarez de Mota