23 Feb
Peña Profética PURO. Nuestros manejos deben ser con precisión y mucho tacto para no dañar. PURO. De la abundancia del corazón habla la boca, limpiémonos por dentro para que lo que salga sea limpio y correcto. PURO. Mostremos una sola cosa con firmeza, no una mezcla que no se sabe ni lo que es ni a donde va. PURO. El árbol se conoce por el fruto, no puede el árbol malo dar buenos frutos ni el árbol bueno dar malos frutos. PURO.
Santiago 3:5-12
“Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno. Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana; pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal. Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios. De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga? Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce.”
Ps. Lizette Rodríguez de Batista