13 Mar
Peña Profética TIRANO. El enemigo nos esclavizó por medio de la ignorancia y el pecado, pero Dios Padre estableció Su fundamento para que su tiranía se desvanezca sin bulla y sin pretensión. TIRANO. Aunque el mal nos haya robado, matado y destruido, podemos vindicarnos asumiendo el Reino y devolviéndonos a desmontar toda marca. TIRANO. El mal nos odia tanto porque sabe que el día que despertemos Proféticamente, se le acabará el juego y será echado fuera de nuestras vidas. TIRANO. No nos arrinconemos, quedándonos inmóviles e indefensos, conectemos con el Manual de Vida para que el mal no siga siendo obstáculo ante el Propósito. TIRANO.
Ezequiel 28:12-19
“Hijo de hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha dicho Jehová el Señor: Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura. En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación. Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad. A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector. Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti. Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones profanaste tu santuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te puse en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran. Todos los que te conocieron de entre los pueblos se maravillarán sobre ti; espanto serás, y para siempre dejarás de ser.”
Ps. Carolina Cruz de Martinez