09 Jun
Peña Profética AVARICIA. El afán de tener reconocimiento y posesiones nos lleva a la codicia y nos desenfoca del Propósito de Dios establecido en nosotros. AVARICIA. El valor de nuestra vida no consiste en lo que poseemos sino en saber que somos hijos del Padre. AVARICIA. Dejemos el apego a toda vanidad, materia o creación y pongamos nuestro enfoque en Su Reino y Su justicia. AVARICIA. No hagamos tesoros en la tierra, más bien sembremonos y esforcémonos por lo eterno, que es lo único verdadero al final de todo. AVARICIA.
Lucas 12:13-21
“Le dijo uno de la multitud: Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia. Mas él le dijo: Hombre, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor? Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho. Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos? Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios.”
Ps. Lizette Rodríguez de Batista