
14 Jun
Peña Profética CEGUERA ESPIRITUAL. Solo los que han muerto a la carne, podrán ver las cosas con claridad y precisión. CEGUERA. No seamos obstinados para no caer en soberbia, porque nos volvemos ciegos ante las cosas más sencillas y evidentes, actuando con brutalidad. CEGUERA. Un ciego no puede guiar a otro ciego, porque si no ambos caerán y no tendrán quien los socorra en la desgracia. CEGUERA. La misión para nosotros debe ser llevar el Evangelio para ayudar a quitar el yugo del pecado y desviarlo del entretenimiento de este mundo que los tiene cautivos. CEGUERA.
Hechos 26:12-18
“Ocupado en esto, iba yo a Damasco con poderes y en comisión de los principales sacerdotes, cuando a mediodía, oh rey, yendo por el camino, vi una luz del cielo que sobrepasaba el resplandor del sol, la cual me rodeó a mí y a los que iban conmigo. Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba, y decía en lengua hebrea: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón. Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me apareceré a ti, librándote de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes ahora te envío, para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.”
Ps. Alejandro Ramos