09 Dic
Digámosle no a todo lo que quiera robarnos el lugar que le corresponde a Dios Padre, AFÁN. Alimentemonos cada día de la palabra del Manual de Vida para que no nos desvíen del propósito, AFÁN. Los egos y las riquezas nos desenfocan de nuestra relación con el Eterno, AFÁN. Decidamos si continuar atados a los afanes de este mundo o entramos en la libertad del Espíritu, AFÁN.
Lucas 10: 38-42
“Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. Ésta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.”
Ps. Mirna Franco de Severino