Peña Profética VOLVIENDO EN SÍ - Comunidad de Reino
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Peña Profética VOLVIENDO EN SÍ

Peña Profética VOLVIENDO EN SÍ

La vida está sujeta a pasar por etapas y procesos dentro de los cuales aprendemos a madurar y depender, VOLVIENDO EN SÍ. Todo lo que se mueve a nuestro alrededor, solo busca sacarnos del destino profético que Dios Padre ha trazado para nosotros, VOLVIENDO EN SÍ. Manejarnos de manera carnal nos detiene, y limita Su propósito en nosotros, VOLVIENDO EN SÍ. Solamente conectar con el Manual de Vida, nos dará la sabiduría necesaria para continuar sin desmayar, VOLVIENDO EN SÍ. 
Luchas 15-11-24

“También dijo: Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes. No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle. Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.”
Ps. Maritza Calzado de Figuereo

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